El objetivo de este foro es el de facilitar la relación entre los asociados. Se incluirán en él debates, consultas, testimonios y colaboraciones sobre temas relacionados con los fines de la asociación. Se invita a la participación activa de todos los asociados.

domingo, 28 de marzo de 2010

LA PERSONA EXISTE CUANDO HAY SISTEMA NERVIOSO Por Agustín Losada Pescador (Director Gral. De VidaCord, Asociado de Cívica)

Publicado en el Blog de Agustín Losada: bioeticahoy.com.es
Al hilo de la entrada del otro día, he encontrado un interesante artículo de Richard Dawkins, catedrático de la Universidad de Oxford. Su último libro es "Evolución. El mayor espectáculo sobre la Tierra". Este profesor critica las bases contrarias al aborto sobre las que se sustenta el anuncio de Tim Tebow con el siguiente argumento: "Si se sigue hasta el final la lógica ‘pro-vida’, una mujer fértil es culpable de algo equivalente a un asesinato cada vez que rechaza una oferta de copulación."
El mismo autor reconoce la debilidad de su argumento, al indicar lo siguiente:
"Los apologistas religiosos no se dejan impresionar por este tipo de argumentos, porque en primer lugar, dicen, hay una diferencia entre suprimir una vida que ya existe (como en un aborto) y dejar de concebir una vida (que no existe). Sin embargo se trata de una distinción que el pensamiento analítico no soporta. Considerémoslo desde el punto de vista de, digamos, la hermana no nacida de Tim, que habría sido concebida dos meses después si Tim hubiera sufrido un aborto. Desde luego, no le es posible quejarse de su no-existencia. Pero si Tim hubiera sufrido un aborto tampoco él habría podido quejarse de su no-existencia. Se necesita un sistema nervioso para poder quejarse, arrepentirse o desear, o sentir dolor, o echar en falta la vida que se podría haber tenido. Los niños no concebidos no tienen sistema nervioso. Los fetos abortados tampoco. Por lo que respecta a lo que aquí interesa, un feto abortado tiene exactamente el mismo status moral y mental que cualquiera de los innumerables billones de bebés no concebidos. Por lo menos, es cierto con respecto a los abortos tempranos, es decir, la gran mayoría"
He subrayado la clave de la argumentación de este profesor: La existencia o no de sistema nervioso es lo que, según él, da estatus de persona a un embrión. Obviando con ello la evidencia científica de que un ser humano comienza su existencia desde el momento de la fecundación. Para él, un embrión no tiene existencia. Es tan inexistente como un potencial hijo. Y por tanto, igualmente prescindible.

Sin embargo, el ser humano, cada persona, tiene una dignidad intrínseca, que nadie tiene derecho a pisotear. La vida humana comienza en el momento de la fecundación de un óvulo por un espermatozoide. Podría ser cualquier otro ser, pero resulta ser ese en particular, entre los millones de posibilidades de combinaciones genéticas posibles. Ese cigoto inicial contiene toda la información precisa para desarrollarse según un plan previamente fijado. A partir de los 18 días, el cerebro comienza a desarrollarse, formando las células nerviosas que más adelante darán lugar a las neuronas. No por ello se puede afirmar que el cerebro no exista. Está ya contemplado desde la primera célula, el cigoto inicial. Por tanto, pretender que tenga el mismo valor un embrión que un posible hijo que se hubiera llegado a concebir si hubiera habido encuentro sexual de los padres en base a este argumento es de todo punto absurdo. Y coloca al citado profesor en la categoría de demagogo, más que de científico.

miércoles, 24 de marzo de 2010

DIGNIDAD HUMANA AL FINAL DE LA VIDA, Por Fernando Gamboa Antiñolo, médico. Sevilla. Asociado de CíViCa

Corren tiempos de cambio. Pasamos de una sociedad comunitaria a una sociedad de “singles” donde el individualismo y la autonomía moral son los referentes. Los cuidados del paciente dependiente pasan del ámbito familiar al de los servicios sociales. La limitación progresa, la dependencia se hace completa, aparece el deterioro cognitivo y con frecuencia se asocian alteraciones del comportamiento.
Se plantea ¿Dónde esta la “calidad de vida”? ¿Dónde la dignidad humana?. Aparecen entonces con fuerza palabras como muerte digna y eutanasia.
Cuando una sociedad, cuando todos y cada uno de nosotros, perdemos las referencias éticas y frente a la cultura de la vida se implanta la cultura de la muerte, desaparece el valor de la vida humana, digna desde la concepción hasta la muerte, y se desarrolla el utilitarismo, donde cada uno vale en función de lo que uno puede producir. Dicen los economistas “solo el necio confunde valor y precio”. En los tiempos que corren son muchos los necios que valoran a cada hombre o mujer por lo que puede hacer y no por lo que es. Aparece una defensa a ultranza de la dignidad de la muerte, perdiendo de vista que lo importante es defender la dignidad de la vida. Todos nacemos dependientes y muchos al final de la vida presentan dependencia completa. Pero todos y cada uno tenemos un vida a desarrollar que podemos cuidar y cultivar, aún en aquellas situaciones más limites donde parece que la humanidad, la dignidad, la vitalidad se ha perdido.

domingo, 21 de marzo de 2010

TECNICAS ABORTIVAS Por Concepción Soler Regal – Vigo. En Cartas al Director El Faro de Vigo, 21 de Marzo de 2010

A la atención de Miguel Iglesias, Eva Balado, Natacha Leire, Ana Quetglas.

Estimados Miguel, Paz, Ana y Natacha: He leído con atención la entrevista que os hacen en el Faro de Vigo del 1 de marzo, referente a la enseñanza de los métodos del aborto, y aprecio que los 4 estáis en la onda de lo políticamente correcto, y quiero deciros, yo como médico, que no es precisa una materia definida y concreta sobre las técnicas abortivas para que un facultativo que ha aprobado las asignaturas de Obstetricia y Ginecología sepa como es un aborto.

Además Ana, en esto, no creas que la práctica es muy importante.

El hecho de incluirlo en los temarios de la asignatura y en los exámenes está en relación con ir modificando y minando día tras día la conciencia tanto colectiva como la individual, para normalizar el esperpento moral y biológico que supone la eliminación de un ser humano en el momento más frágil de su existencia.No voy a negaros que el aborto provocado existe y ha existido siempre. También el asesinato por un tiro en la espalda existe desde que se inventaron las armas de fuego, pero espero que a los promotores de la muerte de 2 millones de fetos (número similar al de seres humanos fallecidos en Auschwitz), les parezca que un tiro en la espalda es un asesinato y no un derecho.

Y puesto que vais a estudiar las técnicas abortivas, por imperativo de los programas y exámenes, yo me atrevo a sugeriros, que por vuestra cuenta y fuera de programa, animados por la inquietud del conocimiento científico propio de nuestra carrera, profundicéis en los estudios sobre el comienzo de la vida.

Conozcais a investigadores con Jêrome Legeune cuyo rechazo al aborto eugenésico en Francia le costó el Premio Nobel de Medicina, y valientemente se atrevió en el seno de las Naciones Unidas a afirmar que "la OMS, un organismo para la salud, se ha convertido en una máquina de muerte".

Leed también a Jean Rostand, otro notable científico francés como Legeune.

No os perdais el Manifiesto de Madrid, firmado por 2.800 científicos y juristas, cuyo portavoz fue D. Nicolás Jouvé, catedrático de Genética de la Universidad de Alcalá de Henares.

No os perdais la macabra experiencia que recuerdan los Drs. Collins y Ziellinsk, citando al académico John Noonan sobre su libro New Perspectives on Human Abortion, o las de Thomas Verny en The secret Life of the unbom Child.

Y por último, leed los sentimientos del Dr. Bernard Nathanson, promotor y defensor del programa de abortos de la Ciudad de Nueva York, y ejecutor personal de más de 75.000 según sus manifestaciones tras filmar la ecografía de un aborto y las peripecias de ese ser humano, para escapar de la agresión. El tal film podéis verlo en Youtube y se llama Las Voces del Silencio, que fue el punto y final a su carrera abortista, siendo hoy uno de los más activistas defensores de la vida.

Perdonadme si os sugiero que además de las técnicas abortivas tan políticamente correctas, y modernamente aceptadas y promovidas, no olvideis que cuando 2 células germinales (óvulo y espermatozoide) que contienen 22 autosoma y un cromosoma sexual se juntan constituyendo el complemento diploide completo de 46 cromosomas, esa célula resultante, ese óvulo fecundado es un ser humano en todas sus potencialidades, ese es Beethoven, Mozart, Leonardo da Vinchy Geoge Clooney, Teresa de Calcuta, tu padre, tu madre o tú. Si al final aprobáis los exámenes y optais por no saliros de lo políticamente correcto, cuando veáis o practiquéis un aborto tener la valentía de cogerle una manita o mirarle a la cara para pedirle perdón.

Os doy las gracias por haberme dado con vuestra entrevista la oportunidad de la defensa de los "niños no queridos", yo que como pediatra he dedicado la vida a la atención de la infancia en general.

Un cordial saludo.