NO ABORTARON GRACIAS AL INSTINTO
Se han dado casos de personas que han decidido abortar, segar la vida de su propio hijo, y que, a su vez, no aceptan razón alguna para no cometer tal disparate. Pero, en el mal razonamiento pro-abortivo puede pesar mucho el corazón, el sentimiento dispuesto en orientación equivocada. Se ha dado casos de estos en los que posteriormente se ha logrado despertar el sentimiento contrario, haciendo renacer el instinto maternal, logrando así que personas inflexibles a los razonamientos correctos, no obstante, bajo la motivación de su instinto llegasen a NO abortar y, por lo tanto, a no arrancar la vida de una persona humana. Así, si se ha dado el caso de que por unos instantes han tenido a un bebé de otra persona en brazos -o situaciones parecida-s, entonces se les han llegado a abrir los ojos del corazón maternal y han decidido finalmente de modo terminante NO abortar. Sabiduría de la naturaleza, ordenada finalísticamente a la conservación de las vidas humanas de los hijos.
Se han dado casos de personas que han decidido abortar, segar la vida de su propio hijo, y que, a su vez, no aceptan razón alguna para no cometer tal disparate. Pero, en el mal razonamiento pro-abortivo puede pesar mucho el corazón, el sentimiento dispuesto en orientación equivocada. Se ha dado casos de estos en los que posteriormente se ha logrado despertar el sentimiento contrario, haciendo renacer el instinto maternal, logrando así que personas inflexibles a los razonamientos correctos, no obstante, bajo la motivación de su instinto llegasen a NO abortar y, por lo tanto, a no arrancar la vida de una persona humana. Así, si se ha dado el caso de que por unos instantes han tenido a un bebé de otra persona en brazos -o situaciones parecida-s, entonces se les han llegado a abrir los ojos del corazón maternal y han decidido finalmente de modo terminante NO abortar. Sabiduría de la naturaleza, ordenada finalísticamente a la conservación de las vidas humanas de los hijos.
POBRES SENSIBLES QUE NO ABORTAN
Una madre pobre quería abortar, pues decía que no podía mantener a su nuevo hijo. Un sacerdote oriental encontró una manera para evitar que se asesinase a este niño aún no nacido. Le dijo lo siguiente: Mira, mata a tu hijo mayor, pues es el que come más y entonces da a luz a este hijito tuyo pequeño que comerá muy poco. Con lo cual, la mujer se echó las manos a la cabeza, percibiendo todo el horror de lo que había pensado hacer y que ya que no podía matar a su hijito aún no nacido. Gracias a la ocurrencia de este sacerdote que sólo quería que vivieran todos los hijos de esta mujer, se logró salvar la vida del hijo aún no nacido.
Una madre pobre quería abortar, pues decía que no podía mantener a su nuevo hijo. Un sacerdote oriental encontró una manera para evitar que se asesinase a este niño aún no nacido. Le dijo lo siguiente: Mira, mata a tu hijo mayor, pues es el que come más y entonces da a luz a este hijito tuyo pequeño que comerá muy poco. Con lo cual, la mujer se echó las manos a la cabeza, percibiendo todo el horror de lo que había pensado hacer y que ya que no podía matar a su hijito aún no nacido. Gracias a la ocurrencia de este sacerdote que sólo quería que vivieran todos los hijos de esta mujer, se logró salvar la vida del hijo aún no nacido.
UN CURA QUE EVITÓ UN ABORTO
Un amigo mío, sacerdote muy buena persona, me contó esta anécdota que le ocurrió a él mismo. En una ocasión se encontraba en los pasillos de una clínica y entonces una mujer le dijo lo siguiente:¡ Te presento a tu hijo!. El sacerdote quedó muy sorprendido de que le atribuyesen un hijo, siendo así que no tenía hijo alguno. Pronto reaccionó y le dijo: señora mía, le puedo asegurar que éste no es en modo alguno hijo mío. A lo cual la señora le dijo: ¡Sí que es hijo tuyo!. Es hijo tuyo, porque tú le has dado la vida. Es hijo tuyo porque yo quería abortar y tú me convenciste de que no abortara. Tú no eres el padre de este niño porque físicamente nada tienes que ver con él, pero sí que es hijo tuyo porque él te debe la vida. Si no hubiera sido por tu consejo, este niño no habría nacido. ¡Te debe la vida!.
Un amigo mío, sacerdote muy buena persona, me contó esta anécdota que le ocurrió a él mismo. En una ocasión se encontraba en los pasillos de una clínica y entonces una mujer le dijo lo siguiente:¡ Te presento a tu hijo!. El sacerdote quedó muy sorprendido de que le atribuyesen un hijo, siendo así que no tenía hijo alguno. Pronto reaccionó y le dijo: señora mía, le puedo asegurar que éste no es en modo alguno hijo mío. A lo cual la señora le dijo: ¡Sí que es hijo tuyo!. Es hijo tuyo, porque tú le has dado la vida. Es hijo tuyo porque yo quería abortar y tú me convenciste de que no abortara. Tú no eres el padre de este niño porque físicamente nada tienes que ver con él, pero sí que es hijo tuyo porque él te debe la vida. Si no hubiera sido por tu consejo, este niño no habría nacido. ¡Te debe la vida!.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
No se admiten comentarios que no tengan relación con los fines de la asociación establecidos en los estatutos de la misma. Se borrarán las entradas con contenidos ofensivos y de mal gusto.