Durante 25 años en España, no se ha prestado, por las autoridades el apoyo que una mujer, joven o no tan joven, necesita ante un embarazo inesperado.
La mujer experimenta un desconcierto, psíquico y emocional, que puede llevarla a una situación de angustia. Tiene que encontrar una respuesta a una serie de interrogantes pero no siempre tiene los elementos en su mano, es decir que no todos dependen de ella.
Entre esos elementos, por citar algunos importantes, están la edad, la madurez, el trabajo, la pareja, los hijos que ya tiene, la familia, la sociedad, las inversiones comprometidas, el no saber donde acudir, la desinformación oficial etc. etc. Cuantos más interrogantes sin respuesta se le acumula más presión , y más angustia, e incluso miedo.
Puede suceder, como sucede a veces de hecho, que esta situación se le presente a una persona que ha dejado su país, o que tiene problemas con el idioma y los recursos de ayuda que ofrece nuestro país. O que el hijo, se presenta cuando no tiene aún trabajo, o si lo tiene puede tener ya otro u otros hijos. ¡Hay que ponerse en su lugar!
Es posible que intente abrirse, aunque tímidamente, a alguna amiga, a su pareja, a su madre. La apertura es crucial, es vital, para encontrar un hombro en que apoyarse o sobre el que llorar y desahogarse.
Pueden suceder dos cosas, una, que encuentre efectivamente comprensión. La comprensión y el desahogo no son ya la solución. Pero suponen una rebaja de la tensión muy importante. Y dos, que la persona a la que se ha abierto, no esté a la altura, ni humana, ni intelectual, ni social. En este caso, lejos de minorarse su angustia y de encontrar una esperanza, se agrava.
Pueden, en una segunda etapa encaminarla a un centro social, o a un médico. Y también la persona con la que se encuentre puede cerrarle la puerta a la maternidad, y aconsejarle el aborto, cosa que a ella ya se le habría pasado por la mente en algún momento.
Pero también es posible que le facilite una información veraz, y esté al tanto de organizaciones y personas que la puedan ayudar a tomar una decisión. Hablarle de alternativas y de personal que está para ayudar, y sin interés, es abrir una gran puerta a la esperanza. Puede persistir la angustia, pero en su oscuridad ya existe el aire, se puede respirar, y puede comenzar a dar pasos tendentes a encontrar la solución y la paz. Un hijo viene de camino. Se ha presentado de improviso. Pero en éste último caso, no está sola.
Posiblemente es lo que necesitaba. Sean de la índole que sean los problemas a los que desde ahora tendrá que enfrentarse van a tener una nueva perspectiva. No van a ser una losa. En su momento decidirá lo que quiere hacer o lo que tenga que decidir, porque la decisión siempre será personal, pero habrá visto un manojo de posibilidades, de alternativas, de caminos y libremente podrá escoger,
Estas personas o estas asociaciones son verdaderas joyas, que están ahí y que hay que descubrir. Es una lástima que ni el gobierno de la nación, o la región, ni los ayuntamientos ofrezcan más información.
Estar en el sitio oportuno en el momento oportuno, puede salvar vidas (en algunos casos la del hijo y también la de la madre); en otros casos al menos una.
Cuando ayer mismo, los empresarios de los abortorios, criticaban que las comunidades autónomas puedan entregar un sobre a las abortantes, están defendiendo SU NEGOCIO, no la veraz información a la persona. La mujer debe ser tratada como persona, antes de tener que abortar, cuando decide abortar, y después de abortar. Su hijo no es una “cosa”, pero ella tampoco es “un clinnex”.
Ayudar a la mujer es el mejor negocio para la sociedad. Hay quien no lo entiende.
Todas las asociaciones convocantes de la VELADA, están ahí para ayudar. (De la Rueda de Prensa en Guadalajara el día 1 de julio 2010).
La mujer experimenta un desconcierto, psíquico y emocional, que puede llevarla a una situación de angustia. Tiene que encontrar una respuesta a una serie de interrogantes pero no siempre tiene los elementos en su mano, es decir que no todos dependen de ella.
Entre esos elementos, por citar algunos importantes, están la edad, la madurez, el trabajo, la pareja, los hijos que ya tiene, la familia, la sociedad, las inversiones comprometidas, el no saber donde acudir, la desinformación oficial etc. etc. Cuantos más interrogantes sin respuesta se le acumula más presión , y más angustia, e incluso miedo.
Puede suceder, como sucede a veces de hecho, que esta situación se le presente a una persona que ha dejado su país, o que tiene problemas con el idioma y los recursos de ayuda que ofrece nuestro país. O que el hijo, se presenta cuando no tiene aún trabajo, o si lo tiene puede tener ya otro u otros hijos. ¡Hay que ponerse en su lugar!
Es posible que intente abrirse, aunque tímidamente, a alguna amiga, a su pareja, a su madre. La apertura es crucial, es vital, para encontrar un hombro en que apoyarse o sobre el que llorar y desahogarse.
Pueden suceder dos cosas, una, que encuentre efectivamente comprensión. La comprensión y el desahogo no son ya la solución. Pero suponen una rebaja de la tensión muy importante. Y dos, que la persona a la que se ha abierto, no esté a la altura, ni humana, ni intelectual, ni social. En este caso, lejos de minorarse su angustia y de encontrar una esperanza, se agrava.
Pueden, en una segunda etapa encaminarla a un centro social, o a un médico. Y también la persona con la que se encuentre puede cerrarle la puerta a la maternidad, y aconsejarle el aborto, cosa que a ella ya se le habría pasado por la mente en algún momento.
Pero también es posible que le facilite una información veraz, y esté al tanto de organizaciones y personas que la puedan ayudar a tomar una decisión. Hablarle de alternativas y de personal que está para ayudar, y sin interés, es abrir una gran puerta a la esperanza. Puede persistir la angustia, pero en su oscuridad ya existe el aire, se puede respirar, y puede comenzar a dar pasos tendentes a encontrar la solución y la paz. Un hijo viene de camino. Se ha presentado de improviso. Pero en éste último caso, no está sola.
Posiblemente es lo que necesitaba. Sean de la índole que sean los problemas a los que desde ahora tendrá que enfrentarse van a tener una nueva perspectiva. No van a ser una losa. En su momento decidirá lo que quiere hacer o lo que tenga que decidir, porque la decisión siempre será personal, pero habrá visto un manojo de posibilidades, de alternativas, de caminos y libremente podrá escoger,
Estas personas o estas asociaciones son verdaderas joyas, que están ahí y que hay que descubrir. Es una lástima que ni el gobierno de la nación, o la región, ni los ayuntamientos ofrezcan más información.
Estar en el sitio oportuno en el momento oportuno, puede salvar vidas (en algunos casos la del hijo y también la de la madre); en otros casos al menos una.
Cuando ayer mismo, los empresarios de los abortorios, criticaban que las comunidades autónomas puedan entregar un sobre a las abortantes, están defendiendo SU NEGOCIO, no la veraz información a la persona. La mujer debe ser tratada como persona, antes de tener que abortar, cuando decide abortar, y después de abortar. Su hijo no es una “cosa”, pero ella tampoco es “un clinnex”.
Ayudar a la mujer es el mejor negocio para la sociedad. Hay quien no lo entiende.
Todas las asociaciones convocantes de la VELADA, están ahí para ayudar. (De la Rueda de Prensa en Guadalajara el día 1 de julio 2010).
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