Reproducido de: http://www.bioeticahoy.com.es
Aunque es tarde, estoy cansado (y uno de mis hijos me hizo trasnochar ayer...) les escribo unas líneas para resaltar algunas cosas que me han gustado del I Congreso de Médicos Católicos que, con el lema "Ars Medica y Fe Cristiana" se está celebrando estos días en el Aula Magna del CEU en Madrid.
El Congreso lo ha organizado con gran acierto la Dra. Elena Postigo. Es una pena que no se le haya dado más difusión, porque el elenco de ponentes ha sido excepcional. Creo que hubo cierta premura en la organización, que ha impedido darle la difusión que se merecía por la altura intelectual de los conferenciantes.
La jornada de hoy ha tratado los temas de la deontología médica desde la tradición hipocrática al cristianismo. El Dr. Gonzalo Herranz ha hecho una magistral exposición de las diferencias entre el juramento hipocrático y el juramento cristiano, que está basado en aquel, y a su semejanza, tampoco conocemos con exactitud la fecha en que se escribió ni quién fue su autor.
En la siguiente mesa redonda han intervenido el Dr. Justo Aznar, sobre el diagnóstico genético preimplantatorio (DGP), el Dr. Nicolás Jouve, sobre la nueva eugenesia, y el Dr. Esteban Rodríguez, sobre el tema del que es paladín en España: La objeción de conciencia al cribado prenatal. Esteban Rodríguez, es un valiente ginecólogo del hospital Punta Europa, en Andalucía. Le he escuchado en otras ocasiones al Dr. Rodríguez hablar sobre las razones por las que se opone en conciencia al cribado prenatal, pero será que otras veces estaba yo más espeso o tal vez que hoy (por fin) le he llegado a comprender del todo. Me explico: El cribado prenatal está pensado para que se pueda identificar una anomalía cromosómica en el feto y que de tiempo a realizar un aborto en los plazos que marca la ley. El lo ha definido muy bien diciendo que realizar un diagnóstico genético prenatal es como recibir un regalo, abrirlo y devolverlo porque no nos gusta. Para realizar un aborto eugenésico (es decir, aquel que se realiza porque el niño tiene anomalías cromosómicas) hace falta el dictamen de dos médicos y un tercero que sea quien realice el aborto. Puesto que el dictamen previo del médico es condición necesaria para que se realice el aborto, un buen día el doctor Rodríguez decidió que él no iba a colaborar. Y se declaró objetor al Diagnóstico Genético Prenatal. Comprendo sus razones. Pero parece fuerte negarse a realizar un test que puede ser útil para detectar una malformación que, de ser detectada a tiempo puede ser curada (por ejemplo, una cardiopatía), por evitar que el test pueda ser mal utilizado para abortar a un síndrome de Down. La Dra. Postigo le ha preguntado al respecto. Y el Dr. Esteban Rodríguez ha explicado que, si bien es cierto que con el cribado neonatal de cromosomopatías es posible detectar también enfermedades cardiacas que podrían curarse, la realidad es que incluso en los casos de enfermedades no incompatibles con la vida (como tampoco lo es una trisomía 21, por cierto), su descubrimiento es casi siempre una excusa para ofrecer a los padres la alternativa de acabar con esa vida. Y los padres, presionados por el médico y al sociedad, ante la perspectiva de tener un hijo que no esté sano y al que esperan sesiones de hospital, prefieren acabar con su vida en lugar de darle una oportunidad. Hasta la fecha se han hecho en España 40.500 abortos por razones eugenésicas (por enfermedad del feto). Más otros muchos que se habrán metido por el coladero del tercer supuesto para evitar tener que realizar más pruebas incómodas para la madre... Así que si la cromosomopatía es una enfermedad incurable, y hacer un cribado para detectarla busca exclusivamente matar al niño enfermo, parece lógico que un médico consecuente con sus valores humanos se niegue a participar con su colaboración necesaria en ese genocidio.
Mi enhorabuena al Dr. Esteban Rodríguez
El Congreso lo ha organizado con gran acierto la Dra. Elena Postigo. Es una pena que no se le haya dado más difusión, porque el elenco de ponentes ha sido excepcional. Creo que hubo cierta premura en la organización, que ha impedido darle la difusión que se merecía por la altura intelectual de los conferenciantes.
La jornada de hoy ha tratado los temas de la deontología médica desde la tradición hipocrática al cristianismo. El Dr. Gonzalo Herranz ha hecho una magistral exposición de las diferencias entre el juramento hipocrático y el juramento cristiano, que está basado en aquel, y a su semejanza, tampoco conocemos con exactitud la fecha en que se escribió ni quién fue su autor.
En la siguiente mesa redonda han intervenido el Dr. Justo Aznar, sobre el diagnóstico genético preimplantatorio (DGP), el Dr. Nicolás Jouve, sobre la nueva eugenesia, y el Dr. Esteban Rodríguez, sobre el tema del que es paladín en España: La objeción de conciencia al cribado prenatal. Esteban Rodríguez, es un valiente ginecólogo del hospital Punta Europa, en Andalucía. Le he escuchado en otras ocasiones al Dr. Rodríguez hablar sobre las razones por las que se opone en conciencia al cribado prenatal, pero será que otras veces estaba yo más espeso o tal vez que hoy (por fin) le he llegado a comprender del todo. Me explico: El cribado prenatal está pensado para que se pueda identificar una anomalía cromosómica en el feto y que de tiempo a realizar un aborto en los plazos que marca la ley. El lo ha definido muy bien diciendo que realizar un diagnóstico genético prenatal es como recibir un regalo, abrirlo y devolverlo porque no nos gusta. Para realizar un aborto eugenésico (es decir, aquel que se realiza porque el niño tiene anomalías cromosómicas) hace falta el dictamen de dos médicos y un tercero que sea quien realice el aborto. Puesto que el dictamen previo del médico es condición necesaria para que se realice el aborto, un buen día el doctor Rodríguez decidió que él no iba a colaborar. Y se declaró objetor al Diagnóstico Genético Prenatal. Comprendo sus razones. Pero parece fuerte negarse a realizar un test que puede ser útil para detectar una malformación que, de ser detectada a tiempo puede ser curada (por ejemplo, una cardiopatía), por evitar que el test pueda ser mal utilizado para abortar a un síndrome de Down. La Dra. Postigo le ha preguntado al respecto. Y el Dr. Esteban Rodríguez ha explicado que, si bien es cierto que con el cribado neonatal de cromosomopatías es posible detectar también enfermedades cardiacas que podrían curarse, la realidad es que incluso en los casos de enfermedades no incompatibles con la vida (como tampoco lo es una trisomía 21, por cierto), su descubrimiento es casi siempre una excusa para ofrecer a los padres la alternativa de acabar con esa vida. Y los padres, presionados por el médico y al sociedad, ante la perspectiva de tener un hijo que no esté sano y al que esperan sesiones de hospital, prefieren acabar con su vida en lugar de darle una oportunidad. Hasta la fecha se han hecho en España 40.500 abortos por razones eugenésicas (por enfermedad del feto). Más otros muchos que se habrán metido por el coladero del tercer supuesto para evitar tener que realizar más pruebas incómodas para la madre... Así que si la cromosomopatía es una enfermedad incurable, y hacer un cribado para detectarla busca exclusivamente matar al niño enfermo, parece lógico que un médico consecuente con sus valores humanos se niegue a participar con su colaboración necesaria en ese genocidio.
Mi enhorabuena al Dr. Esteban Rodríguez
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